viernes, 13 de mayo de 2011

De Isabel Gracia

Poema de Rainer Maria Rilke



EL LIBRO DE HORAS (1899-1905)

Libro Primero (El libro de la vida monástica)

Vecino Dios, si a veces te molesto
Con duros golpes en las noches largas,
Es porque apenas te oigo respirar
Y sé que siempre estás solo en tu cuarto.
Y si algo necesitas, nadie tienes
Para acercar un sorbo hasta tu boca:
Siempre escucho. Tú dame una señal.
Estoy aquí, muy cerca.

Entre los dos hay sólo un leve muro,
Por azar; pues podría
Una llamada, tuya o de mi boca,
Derribarlo,
Sin ruido.

Edificado está con tus imágenes.

Tus imágenes se alzan como nombres
Ante ti. Si se enciende en mí la luz
Con que te reconocen mis entrañas,
Se disipa en tus marcos como brillo.

Y mis sentidos, que desmayan pronto,
Arrancados de ti, sin patria están.

Si, por una vez sólo, hubiera calma.
Si lo azaroso y lo aproximativo
Se callara, y la risa de vecinos;
Si el estrépito que hacen mis sentidos
No me estorbara tanto al despertar…

Entonces, yo podría en una idea
Vuelta miles, pensarte hasta tu borde,
Tenerte (lo que dura una sonrisa),



Regalar toda vida en torno a ti,
Como dando las gracias.

Me gusta vivir hoy que el siglo pasa.
Se siente el viento de una enorme hoja
Que está escrita por Dios, por ti y por mí
Y que gira en extrañas manos, alta.

Se siente el brillo de una nueva página,
En que aún todo puede acontecer.
Las fuerzas quietas prueban su amplitud
Y se miran, sombrías, entre sí.
…………………………………

En voz alta dijiste vivir; y con voz queda
Morir, y repetías siempre: Ser.
…………………………………….

Tú, oscuridad, de la que yo procedo,
Te amo más que la llama
Que da frontera al mundo,
Porque brilla tan sólo
Para dentro de un círculo.
Tras el cual no hay un ser que sepa de ella.
Pero la oscuridad lo tiene todo:
Rostros y llamas, animales, yo,
Tal como lo arrebata:
Personas y potencias…

Y puede ser así: una enorme fuerza
Se mueve junto a mí.

Creo en las noches.
……………………..
Estoy en el mundo muy solo, pero no bastante solo
Para consagrar cada hora.
Estoy muy pequeño en el mundo, pero no bastante pequeño
Para ser ante ti como una cosa,
Oscura y prudente.
Quiero mi voluntad y quiero acompañar mi voluntad
Por el camino a la acción,
Y quiero en tiempos callados, temblorosos no sé cómo,
si algo se acerca, ser de los que saben,
o estar solo
………………………………….





Ya ves, yo quiero mucho.
Quizá lo quiero todo:
Lo oscuro de cualquier caer sin fin
Y el juego de luz de todo subir.

Muchos viven y nunca quieren nada,
Y son ennoblecidos por los chatos
Sentires de su fácil tribunal.

Pero a ti te contenta todo rostro
Que sirve y tiene sed.
Te complaces con todos los que te usan
Igual que un utensillo.
……………………………………..

Aun cuando no queramos:
Dios madura.
………………………..

Si eres el soñador, yo soy tu sueño.
Y si despiertas, yo soy tu deseo
Y me hago fuerte, en pleno señorío,
Y redondo como un silencio de astros
Sobre la ciudad mágica del tiempo.

…………………………………………

¿qué vas a hacer, Señor, cuando me muera?
Tu cántaro soy yo (¿y cuando me rompa?)
Tu bebida soy yo (¿y cuando me vierta?)
Yo soy tu vestidura, soy tu oficio:
Conmigo pierdes tu sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario