domingo, 29 de mayo de 2011

Queridos hermanos de la Comunidad Koinonia:




Mi profundo gozo crístico está reforzado estos días pascuales esperando confiadamente “la vía cardiaca” del Grial que se acerca en Pentecostés. Los corazones ya estarán llenos de presencia divina y la psique nos podrá sugerir imágenes simbólicas como fuegos artificiales sobre nuestra co-implicación humano-divina…Nuestras pequeñas comunidades cristianas han de llenarse de esperanza de que la muerte es la más liviana de nuestras experiencias inmortales quizás más profundas según estén los espíritus más purificados…Cuando oigo desgracias descomunales humanas e injustas a nivel particular o colectivo, entreveo mi propia muerte y juzgo que aquellos que me han precedido y que deseo que gocen, con más intuición que yo, de la grandeza de la vía celestial por la que espero me guíen con sus presencias numinosas. No, no por eso he perdido compasión lúcida. Me adhiero totalmente a la pregunta del Abbé Pierre en su “Carta a Dios” : “Mi Dios….¿por qué?. Como meditación de hoy la he releído y no me aguanto de compartirla con vosotros, queridos hermanos del alma:
“Padre,
Yo os amo más que a todo.

Antes que nada porque vos sois el que puede decir YO SOY. Y de haber reencontrado eso a mis dieciséis o diecisiete años hasta mis noventa y tres años que he vivido de ello.

Yo os amo más que a todo.

Porque:
- al hombre que, a lo largo de toda la evolución, no cesa de quererse suficiente, vos le dais a Jesús, el Verbo, para demostrar que el hombre no es suficiente;
- mientras que se ahoga deseando cifras, vos le dais lo indecible, que se hace más fuerte que la duda, en la Hostia de la Eucaristía;
- en una atmósfera sofocante, vos la substituís con el aire, spiritus, del Espíritu Santo que nace de la unión del Padre y del Verbo amándose, y en el que nosotros nos bañamos.

Si, vos sois mi amor.

No soporto vivir tanto tiempo mas que por mi certeza de que: morir es, que se crea o no, ENCUENTRO.

Yo os amo más que a todo.

Si, pero…Para ser un creyente creíble, es necesario que todos a mi alrededor sepan que yo no acepto, que nunca podría aceptar, la permanencia del Mal.
SER, vos sois señor dueño del cese o de la permanencia de la existencia de todo lo que es.

Entonces, si vos tenéis ese poder de hacer cesar, ¿como comprender que el Mal subsista?
¿La plegaria de Jesús no culmina con: “libéranos del Mal”?

Gracias, Padre por ayudarme a rechazar, lo que sería una trampa, la de “creer” como si yo fuera indiferente a la perpetuidad del Mal, en este mundo y en el más allá del tiempo.

Creyente, amante, no puedo ser más que ese”creyente a pesar de todo”, es decir no comprendiendo.
Demasiados de mis hermanos humanos se quedan a punto de amaros, vueltos hacia atrás, desviados por la necesidad de ese “a pesar de todo”. Piedad para ellos y piedad para todo el Universo.
Padre, espero desde hace mucho tiempo vivir en vuestra total PRESENCIA que es, nunca lo he dudado, a pesar de todo, AMOR.

4 de Agosto. 2005. Fiesta de San Francisco de Asís. Deo gratias ¡ Abbé Pierre.


Con todo mi cariño fraternal.

Isabel Gracia Clavero. Profesora titular U.B. Jubilada.

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